Magda Lemonnier recorta
palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas.
En caja roja guarda las palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes.
En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja
transparente guarda las palabras que tienen magia.
A veces ella abre las cajas
y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como
quieran. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que
ocurrirá.